Cosas que pasan (facebook entre ellas) hicieron que mi blog quedara en "punto muerto". Pero no asi mis cosas y fundamentalmente el jazz.
Es asi que, estando unos dias en Buenos Aires, pude ver un par de espectaculos, de esos que vienen "en dia de semana" y me es muy dificil ir a ver en circunstancias normales.
El 2 de Setiembre en el Gran Rex, toco McCoy Tyner. El teatro repleto, una artista local soporte (Paula Shocron), que toco mientras la sala estaba todavia a media luz y la gente entrando. Y despues si, el plato fuerte, uno de los pianistas de Coltrane (entre otras cosas grosas de su curriculum), McCoy con su trio mas Gary Bartz.
El set fue impresionante. La variedad de ritmos y la multiplicidad de colores del cuarteto, hicieron que la noche se fuera volando. Y sobre todo "Moment's Notice" (un clasico coltraniano) y el ultimo tema, en bis, una version en solo piano de "I should care", que fue sin dudas uno de los puntos mas altos del recital.
El tipo, que toco tambien (y no es menor) con uno de los grupos fundamentales del jazz post 50s, el jazztet de Art Farmer-Benny Golson, la tiene (obviously) clarisima. Excelente, excelente.
Dias despues, el 23, fui al mismo teatro (GR) a ver a Diana Krall. El hecho de ser hoy una megaestrella de la musica, acrecentada por ser la mujer de Elvis Costello, hizo que hubiera que padecer algunas cosas relegadas a los "rock stars". A la entrada, los altoparlantes indicaban que estaba "prohibido grabar o sacar fotos", aclaracion que me parecio realmente excesiva, y que se vio encarnada por punteros laser que te "apuntaban", cual escopetazo en pelicula de Van Damme, cuando levantabas el celu para intentar sacar una foto.
Mas alla de eso, el show estuvo muy bueno. Crei observar que el batero se "comio" el final de "Deed i do" (el segundo tema, un clasico de Nat King Cole, que tengo super escuchado en todas las versiones de Krall), lo que hizo que miradas diversas lo intentaran meter de nuevo en la secuencia de breaks. Opino (humildemente) que a partir de ese momento, el cuarteto se relajo y pudo ofrecer lo que todos los medios llamaron "un recital intimista" o "con atmosfera de club de jazz". Segun los que contaron la cantidad de temas (yo estaba en otra cosa, escuchando), fueron nada mas que 12. El recital duro algo asi como una hora y media exacta, con un bis. El teatro, mas repleto que con McCoy (si es que se puede). Las entradas agotadas desde hacia mas de un mes, y yo que tuve la suerte de poder conseguir una fila 5, al centro, en lo que se denominaba algo asi como la Platea "Platino". Anthony Wilson (guitarrista) y Robert Hurst (bajo) la descosieron. Diana toco solo dos temas de lo que se suponia venia a tocar (su ultimo disco, Quiet Nights, un remixado de bossas y similares un tanto "Spectorizados") y, para mi alegria, se puso a tocar jazz. Es ahi donde brilla y donde Wilson encuentra su mejor forma, en mi opinion. Con improvisaciones medianamente "libres" en su extension, y con lineas armonicas claramente jazzeras, en lo que, al final, bien podriamos haber denominado como una sucesion ininterrumpida de standards. En sintesis, un espectaculo de lo mejor (que duda cabe...) a nivel mundial, en la actualidad.
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